El esguince de tobillo se define como «una lesión de los ligamentos que mantienen la estabilidad de la articulación».

Generalmente se debe a un traumatismo por torsión del tobillo, por un mal paso o una caída, con mucha frecuencia asociados con una actividad deportiva. La clínica inicial suele ser de dolor e inflamación del tobillo; aunque depende del grado del esguince. 

Hay tres grados de esguinces de tobillo: el ‘grado 1’, el más leve, aquel en el que se produce una distensión o de las fibras que componen el ligamento; el ‘grado 2’, aquel en el que se genera un desgarro pero aún hay continuidad entre las fibras del ligamento; y finalmente el ‘grado 3’, el «más grave y menos frecuente», aquel en el que tiene lugar una rotura completa del ligamento, por lo que precisa de tratamiento quirúrgico para reparar el ligamento.

«El grado 1 y el 2 son los más frecuentes y se diferencian por el nivel de tumefacción y de dolor. En el grado 2 el tobillo, por ejemplo, se pone bastante inflamado. En ambos casos el tratamiento similar. Hoy en día los esguinces de ‘grado 1’ y de ‘grado 2’ no suelen inmovilizarse de forma rígida. Suele ser suficiente en estos casos, un examen Osteopatico para comprobar que no se ha producido desplazamiento de ningún hueso de los que forman la articulación, y un vendaje funcional o una tobillera que permita al paciente moverse , a la vez que se va cicatrizando la lesión tendinosa.

El tiempo de inmovilización funcional varía en función del grado de esguince